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Maestros del éxtasis

El Viernes 28 diciembre 2012

En el centro de la sala, oscilando su cuerpo de un lado a otro, Nergui salmodiaba: «Cielo grandioso, ven, te lo ruego». Tenía los ojos cerrados y asía un haz de cintas multicolores. Su voz era áspera y la melodía era repetitiva, como una antigua balada: «Oh, grandioso cielo azul, manto que me (...)




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