Ayer me compré un paraguas por lo que pudiera pasar. Ayer tuve más t i e m p o que nunca hoy me siento peor que siempre. Una historia que conté mil veces pero que jamás llegué a terminar. Vueltas y vueltas y acabando con el punto y final concluyendo con “el llorar”. Sonidos de aquella armónica, recordando momentos estivales pensado en cosas literales. Ya estoy entrenado, desenfrenado y maniatado. Ya tengo ganas de que pase el tiempo, ya quiero quererte (...)