"Dedicado a las moscas del MayarÃn".
UNA MAÑANA DE PEGAGOSO agosto cuando me disponÃa a beberme un vaso de agua, ¡carajo qué asco!, cayó una mosca dentro del vaso, e inmediatamente oà una voz que pedÃa auxilio: «Por favor, por favor, sacadme de aquà que me ahogo». Yo me quedé tan sorprendido por aquella clara y diminuta voz que puse cara de reloj despertador, miré incrédulo a mi alrededor buscando la procedencia de la débil y chillona voz. Aquella voz venÃa del (...)
Ramón, no voy a entrar más a polemizar ni con este comentario ni con el que acabas de enviar, y que acabo de ver, todavÃa sin validar, aunque tanto en éste como en el otro se alude directamente a mi persona, ya que en éste se habla de los lingüistas (sic) y en el otro se habla de censores aludiendo a que he expresado con honestidad mi parecer sobre la publicación de textos como el que nos ocupa. Si lo que pretendes decir es que no estamos a la altura de comprender la finalidad de tu texto, seguro que tienes razón. Personalmente no se la veo. Por mi profesión de profesora de filologÃa en la universidad desde hace 28 años estoy acostumbrada a leer, desentrañar y buscar literaria y pragmalingüÃsticamente el valor de los textos, tal vez me faltaba leer uno como éste para avanzar en mi trayectoria profesional. En ese caso te lo agradezco. Pero te ruego que no le des más vueltas al tema, ya has dicho seguramente todo lo que tenÃas que decir. Nosotros también. No sigamos por la vÃa del ataque y derribo. Es suficiente para todos. Cada cual ha tenido la posibilidad de expresar su criterio y no harÃamos más que repetirnos. Por mi parte he sido respetuosa contigo, tanto aquà como en los correos que te he escrito. Atentamente,
Diana Gioia