Uno que ya casi ha perdido la década de los cincuenta, que tiene una inteligencia normalita que sólo le ha servido para obtener un doctorado en Medicina y CirugÃa, que vive en una población que no llega a los treinta mil habitantes, que no cuenta con grandes consejeros(solamente su mujer y sus hijos a los que conviene escuchar por pequeños que sean), unos pocos amigos, pero selectos...;en fin, para no cansar, una persona de lo más vulgar y corriente, no termina de salir de su asombro (...)