Era un mago del arpa. En los llanos de Colombia, no habÃa fiesta sin él. Para que la fiesta fuera fiesta, Mesé Figueredo tenÃa que estar allÃ, con sus dedos bailanderos que alegraban los aires y alborotaban las piernas. Una noche, en algún sendero perdido, lo asaltaron los ladrones. Iba Mesé Figueredo camino de una boda, a lomo de mula, en mula él, en la otra el arpa, cuando unos ladrones se le echaron encima y lo molieron a golpes. Al dÃa siguiente, alguien lo encontró. Estaba (...)