1. No le reconocà la voz ni el nombre. Me dijo que me habÃa visto en 1971, en el café Sportman de Montevideo, cuando ella estaba por viajar a Chile. Yo le habÃa dado unas lÃneas de presentación para Salvador Allende. “¿Te acordás?” -Ahora quiero verte. Tengo que verte sin falta -dijo. Y dijo que me traÃa un mensaje de él. Colgué el teléfono Me quedé mirando la puerta cerrada. HacÃa seis meses que Allende habÃa caÃdo acribillado a balazos. No pude seguir (...)