Ricardo Vega, en un ataúd, soñaba con ir a la universidad. Le faltaban dos semestres. La tragedia de Loma Blanca se muestra en los ataúdes de una niña, tres adolescentes, una mamá y cinco hombres que regresan del Semefo al poblado, para ser enterrados: algunas familias la viven con dos cadáveres, otra con cuatro.
También, surge en la indiferencia de las autoridades: la masacre no ha impactado como la de Villas de Salvárcar, hace tres años. Aquà no ha venido ni el alcalde ni el (...)