Suele decirse que el mejor modo de defender es tener el balón: si el rival no ataca —es de cajón—, las posibilidades de recibir un gol se reducen a cesiones imprecisas al portero. Asà usado, el verbo defender se percibe claramente como antónimo de atacar.
¿Qué ocurre, en cambio, si se afirma que un central defiende a un delantero?, ¿realmente está saliendo en su defensa y librándolo de algún peligro?, ¿o más bien resulta que este modo de defender es tan (...)