Decir que me duele el hombro es poco. Esto va in crescendo y ya no puedo casi mover el brazo. Y estaba bien esta mañana, mierda... Estaba bien. Pero hoy me incorporé al trabajo y al salir me dió un ataque de chupidiotez y se me ocurrió la feliz idea de cortarme el pelo. Ir a la peluquerÃa no es la mejor opción cuando tienes el cuello hecho un nudo gordiano. Sobre todo si te agarra uno de esos peluqueros entusiastas que te cogen la cabeza y te la voltean como si fueras un muppet. En (...)