Madrugada estremecida
La madrugada estremecida del 19 de agosto de 1936 la luna ausente miraba mustia los tristes barrancos de VÃznar. La sangre de Federico GarcÃa Lorca tiñó la pendiente de versos apagados que rodaron por los guijarros. Voces de héroes muertos retumbaron en las aristas de los montes. Y nosotros cantamos: Los barrancos de Viznar doloridos sacudieron temblores de injusticia, cuando su cuerpo en sangre de malicia derramó sus espantos ateridos. Lorca murió por (...)