El latÃn vulgar no se diferencia del clásico por la fecha, pues es tan antiguo, y más, que el latÃn literario; vivió siempre al lado de él, aunque no siempre igualmente divorciado de él». Y en este latÃn vulgar, del que nos habla don Ramón, nacieron las preposiciones que fueron sustituyendo a la declinación clásica que usaba distintas terminaciones según los casos (nominativo, vocativo, genitivo, acusativo, dativo y ablativo) y pasaron, ya formando perÃfrasis, al español. (...)