Los abuelos son refugio, abrazo y cariño; el nieto recibe la experiencia y sabidurÃa fundadas en la larga andadura que los años le fueron descubriendo y, sintiendo su amparo y seguridad, el niño los admira y respeta con unción. Su espÃritu abierto va sabiéndose en sus propias reacciones, vástago de aquella raÃz de la que él procede a través de sus padres.
Los nietos, en su crecimiento al lado del abuelo, van agrediendo que su relación amorosa implica el vuelco (...)