El secreto de su supervivencia está en su capacidad para mezclar, incorporar, convivir y aceptar lo diverso, lo variado, en una nueva y dinámica unidad, abierta a su vez al cambio incesante. El español, desde su prehistoria, es expresión de un continuo mestizaje. Y como consecuencia natural de ese don para la convergencia, para la convivencia, desde tiempos de los monjes y juglares hasta el de los grandes autores de nuestro tiempo, el español ha sido un surtidor de literaturas.
Con (...)