Si la frase transmite mandato o ruego, es una construcción desiderativa y en estos casos «que» va sin tilde aunque esté entre signos de admiración: ¡Que viva la santa! ¡Que bailen hasta el amanecer!
En los ejemplos que anteceden, cáptese que se transmite un anhelo o deseo: «[Quiero o queremos] que viva, que bailen…», y esa es la pista para no emplear el acento gráfico.
Se usa con tilde cuando «que» precede a sustantivos y adjetivos para encarecer o intensificar el (...)