Estoy en estado de agotamiento feliz. Que aunque sea feliz, no deja de ser agotamiento. Necesito dormir. Lo de estar despierto hasta que amanece hablando y canalleando está muy bien para un viernes relajadito o un sábado de parranda, pero un martesmiércoles... un martesmiércoles con tres horas de sueño es como marcarte un pasadoble en una cornisa del Empire State. O te hostias, o te hostias. Si ayer ya pasé por la jornada laboral arrastrando los pies, hoy la he completado arrastrando (...)