Cada concierto es especial por muchas razones, pero el del domingo pasado lo fue de una manera muy intensa -aún más de lo que imaginaba- ya que en la iglesia de Santa MarÃa de Medina de Rioseco encontré, de niño, las músicas de Cabezón, Correa y tantos otros; el espacio donde descubrà la belleza creada por arquitectos, escultores, pintores... y que hizo de la experiencia estética algo fundamental e inseparable de mi vida desde entonces. Recuerdo a Gabriel Pellitero diciéndome (...)