Mañana es el primer dÃa del resto de mi vida. Y valga esa gilipollez (suscribo como odiador profesional de estupifrases hechas) para simbolizar que mañana empieza el fresquito de septiembre, alabado sea Belcebú, y los colegios. Los queridos colegios. Los maravillosos colegios. Los imprescindibles colegios. La mierda de los colegios. Y estamos preocupados, claro. Porque hasta ayer todo eran buenos presagios, pero mañana se convierten en buenas (o malas) realidades. Tengo los huevos en (...)