Esta fiesta de los Inocentes conmemora la demente matanza terrible de unos niños por el ridÃculo y grosero rey Herodes. Niños inocentes que, como siempre siguen cayendo bajo la maldad e inoperancia ambiciosas de los petimetres en el poder.
En estos tiempos adventicios de vacuidad e inopia intelectual, los conceptos de inocencia y culpabilidad se difuminan y tergiversan. Las inocentadas, decayendo como sorpresiva broma, han cobrado cotidianidad en la insulsez inane de gentes que (...)