El protagonista de Rayuela, Horacio Oliveira, hace «juegos en el cementerio» con un Diccionario de la lengua preparado por la Real Academia Española. En la tapa de ese libro, Oliveira ha raspado la palabra real. Más que antimonárquico, este raspado es surrealista, como su juego: componer frases locas con palabras raras. «Hartos del cliente y sus cleonasmos, le sacaron el clÃbano y el clÃpeo y le hicieron tragar una clica».
Ese cementerio, donde Julio Cortázar permite que (...)