Siguiendo con el tema del artículo anterior, digamos que la palabra amor, así como las frases que con dicha palabra podamos formar, amor mío, te amo, ¿me amas?, ámame mucho, te amaré mientras vida, etc. llevan en sí la esencia misma de nuestra vida, el sentir más profundo, porque nacen del fondo recóndito del instinto de procreación, además de las entretelas del espíritu. Lo que a la hora de provocar el amor en otro, o en otra, puede ser de efectos negativos es ponerse a pensar en la (...)