Ella era una mujer de pelo en pecho, él no. Unos pocos pelos cortos le asomaban por encima de sus generosos senos, con lo que tenÃa que evitar los vestidos escotados. Su marido no tenÃa ni un vello en el pecho ni en la abultada barriga. Ella llevaba los pantalones en casa, su marido los calzones. No sólo llevaba siempre pantalones, también se imponÃa en todo como si fuese el hombre o el cabeza de familia. A la vista estaba que su marido era un calzonazos. Él recurrÃa a ella en (...)