Ahora que estoy en nota puedo recordarlo todo. Hay cosas que no puedes verla aunque estén delante de tus narices, y realidades que ves pero nunca quieres pensar en ellas. No sé por qué no podía recordar aquella frase suya de que esto no hay dios que lo entienda, con aquella mirada de perro triste. Me acuerdo que suspiraba y volvía a suspirar y repetía, como un estribillo de son: armaron la jugada para que todos tengan que inventar, para que todo el mundo tenga techo de vidrio; hay que ser (...)