La “perpetua”, no “como castigo, sino con sentido preventivo”
Es terrible esa angustia acongojante de unos padres, que, de repente, sienten el zarpazo de la desaparición de su hija de cinco añitos y, al poco tiempo, en la herida de ese corazón ya destrozado, viene a clavarse la noticia de su muerte a mano de un vecino, miserable energúmeno, que decide disfrutarla y asesinarla. Todos los padres, hemos sufrido la congoja insostenible, bajo el (...)