Notando Jesús que los convidados escogÃan los primeros puestos, les propuso esta parábola: Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que haya otro de más categorÃa que tú y venga el que te invitó y te diga: "Cédele el puesto a éste", y entonces, avergonzado, tengas que ir a ocupar el último lugar. Por el contrario, cuando te inviten, ponte en el último asiento, y, cuando venga el anfitrión, te dirá "Amigo, sube más arriba". Entonces quedarás (...)