La situación de los asuntos públicos no aguanta componendas ni dejaciones.
La crisis del PP no termina ni parece que vaya a sosegarse con el Congreso. Las aguas siguen revueltas desde el fondo. El partido, como sucede en todos, cuando las vacas gordas enflaquecen, se halla dividido en facciones de ambición e intereses, unas partidarias y otras contrarias, más o menos solapadas. El mismo Fraga, cargado de años, muestra sus vaivenes, también en sus contradicciones; dice que apoya a (...)