Debut inocuo
“Yo tan sólo quince años tenÃa.” Debut inocuo. Un privilegio desusado. Ella, treinta: Rosa, se llamaba. La panza alta, llamativa. Aparte de eso, flaquita. Montón puntual. Soy el elegido. Me pregunta por Ãlvarez Thomas, la avenida. Ni siquiera sabÃa yo a cuántas cuadras. Le miro la pechuga. Indico para allá, me atosiga, que si tengo tiempo la acompañe. A cincuenta metros le soy muy simpático. Es baja y viste mameluco. Me digo sonreÃ, pero no me sale; me (...)