INTRODUCCION
“... Amigos nuevos: yo siento que en la hora de la melancolÃa, ante la desesperación de los sentidos, simplemente: escribamos nuestras cartas, fecundemos nuestras lágrimas inevitables, edifiquemos una nueva vivienda para el hombre y tendamos a su liberación, que es la de todos nosotros... Tú y yo estaremos uno junto al otro: nuestra melancolÃa será pan, nuestra tristeza serán semillas germinando, nuestra alegrÃa será fuego... Y habrá una eternidad de (...)