ESTATUAS DE SILADIA Cuando mis padres decidieron que debÃamos mudarnos a un pequeño pueblo llamado Siladia no imaginé lo que allà me tocarÃa vivir. Llegamos a eso de las doce del dÃa, no conocÃa a nadie y estaba bastante disgustado por haber tenido que dejar atrás a mis compañeros de juegos... Aburrido, pensé en echar un vistazo. Todo eran casas pequeñas y algunas tiendas, ubicadas alrededor de un parque central, que fue lo único que llamó mi atención pues estaba lleno de (...)