Más de mes y medio ha pasado desde la asonada golpista del 28 de junio en la que se paralizó la democracia en nuestro país. Dos cuestiones sobresalen en este fenómeno social de los últimos tiempos: la repulsa internacional con sus organismos y la resistencia popular que cada día se fortalece y demuestra que en ningún momento los hondureños estamos de acuerdo con ese absurdo político.
La resistencia ha sido golpeada por los militares y la policía, existe un régimen de excepción, (...)