AQUEL RESPLANDOR Hipnotizada del resplandor vivido anida en su montaña esperando. Explora rejas, cerraduras y candados toca la cítara en el túnel donde habita. Tiene la voz y los zapatos de Penélope larga es la herida del pie que sangra de tanto camino sin constelaciones desfallecen sus alas ya sin playas. Si este es el precio que por amar se paga su canto y su herida pasarán en silencio. Morirá cual gaviota a la deriva hipnotizada del resplandor vivido. Xenia Mora Rucabado