ARTISTA FRENTE AL MAR Lenta, muy lentamente, el hombre se fue acercando hacia el borde del acantilado. La mujer sentada en las rocas lo contempló con atención desde el fondo de un silencio profundo y expectante. Observó su respiración agitada, su barba naciente, sus cabellos descuidados, su camisa clara maltratada por el viento. HabÃa algo en él -cierta actitud de entrega a lo absoluto, la expresión desolada de sus ojos- que lo tornaba, al mismo tiempo, majestuoso e indefenso. (...)