Ayer tarde salà del cine con almorranas. No me dedico a esto de la crÃtica del cine, aunque a veces me pronuncio por simple dolor de 4 € tirados al retrete. HacÃa años, desde el siglo pasado, que no veÃa cómo un tipo recogÃa unas patatas fritas de un hinodoro y se las comÃa, o cómo una tÃa tenÃa un pene en la nariz y eyaculaba sobre la sopa de un comensal, o un puto va a que le hagan un tinte rubio en los pelos del culo y se lo cargan con un tóxico. En fin el director se tomó unos porros y para adelante que los esñapoles se lo tragan todo. Unas escenas escatológicas de mal gusto, y lo peor de todo es que a algunos jóvenes espectadores, éramos 7 en total, se reÃan.
Los de Hollywood están perdiendo el gusto por contar historias, últimamente noy hay una pelÃculo que valga la pena ver. Ya no hay pelÃculas como “Los pájaros” etc..., los directores americanos se han engañado con el cine de Almodóvar y creen que a todos los españoles nos gustan sus péliculas de chulos, trasvestis y putos. Pues bien “Gigoló Europeo” es la historia de un mal gigoló americano que viene a Ansterdam a hincharse de porros e investigar unos crimenes de putos sindicalizados.
Una aburrido pélicula donde a uno le salen almorranas de tanto moverse en el asiento para intentar pasar una hora y media,sin asfixiarse de aburrimiento, si es que se resiste, y de levantarse para ir a orinar y que aquel bodrio pase. Al principio unos delfines muerden a unos ancianos ciegos que se bañan en un delfinario. No hay forma de verle la lógica al los forzados chiste de un tiburón que se come una pierna. El mal gusto aparece por todas partes. Una tortilla hecha en el culo de una tÃa, una langerictomizada que se traga por el orificio de la garganta el pene de la nariz de una rubia rusa, un policÃa que rompe el princio de la ética policial.
En fin la culpa la tenemos nosotros, los espectadores, que vivimos en un espacio de ocio donde hay que verse una pelÃcula a la semana el dÃa del espectador, y a la creencia de los americanos que aquà nos las tragamos todas con tal de que lleve una traducción con muchos tacos, una publicidad en la televisión, y la permisividad social hasta el extremo de devolver. En fin M.M.M. (tres emes) mi máxima puntuación negativa de los últimos cien años de cine (cine cien), para esta pelÃcula.
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