CERBATANA
Se diluye la tarde en mi ventana,
me anegas tenebroso, cruel venero,
eres tránsito, viva cerbatana,
horadación de mi organismo huero.
Tu inmarcesible humedad engalana
el paso donde puse cancerbero
celador de un impulso en la desgana
por ausencia de idilio lisonjero.
Al aspirar menciones del aroma
de un vínculo recóndito y errado
se me hiende la carne en el entierro.
Mi psique analfabeta de tu axioma,
agónico apetito, hoy tu vado,
vía estéril de un alma en el destierro.