Antonio López en uno de sus estudios madrileños, una pieza minúscula con poca luz y una decoración de cuarto alquilado. Algo asà como irse a vivir a un cuadro de Antonio López. Pregunta. Cuando le sugerimos que se fotografiase en El Prado, contestó. ‘¡No, yo no tengo nada que ver con eso!’.
Respuesta. ¡No! ¡Sà tengo que ver! ¡Cómo no voy a tener que ver! Pero usted puede tener que ver con las mujeres y no querer que le hagan las fotos en un prostÃbulo. P. (...)