Ilustración: Marcos Balfagón
Allá en la localidad cacereña de Coria y delante de Ortega y Gasset, don PÃo Baroja dejó para la posteridad la prueba de su desaliño gramatical. «No hay cosa peor —protestó— que pararse a pensar en cómo se dicen las cosas. Yo habÃa escrito aquà “Aviraneta bajó de zapatillas” y ahora no sé si se dice “Aviraneta bajó de zapatillas”, “bajó a zapatillas” o “bajó con zapatillas”». A don (...)